El «Ginkgo Biloba» es un árbol único en el mundo ya que no tiene parientes vivos. Está clasificado en su propia división, Ginkgophyta, siendo el único miembro de la clase Ginkgopsida, orden Ginkgoales, familia Ginkgoaceae, género Ginkgo.
Es un árbol originario de China, de crecimiento muy lento, que puede llegar a medir más de 35 metros de altura, con un porte en forma piramidal. Sus ramas, generalmente rectas y empinadas, son gruesas y rígidas ya en los ejemplares jóvenes, aunque la ramificación en éstos suele ser laxa, e incluso pobre. La corteza es de color pardo grisácea o pardo oscura, con surcos y hendiduras muy marcadas. Sus hojas tienen forma de abanico, de color verde claro, con un tamaño de unos 15 cm de ancho.
Al ser caducifolio, adquiere unos tonos am
arillos y dorados en su follaje llegado el otoño, muy llamativos.
Se clasifican como machos o hembras siendo recomendable tener en tu jardín un macho, ya que las hembras producen una especie de ciruela donde alberga sus semillas, que produce un olor muy fuerte y desagradable.
El ginkgo es un árbol muy resistente que no te demandará demasiados cuidados. Es todo un superviviente. Se conoce el caso de un ejemplar que volvió a brotar tras el bombardeo de Hiroshima.
Por supuesto, aguanta bien el frío, aunque prefiere los climas suaves. Es resistente a la contaminación y tolera la sequía. Soporta incluso suelos calcáreos, aunque si si su suelo está bien drenado y algo abonado te lo agradecerá. Es perfecto para tenerlo en un lugar a solas en tu jardín.