En ocasiones, es más fácil matar a una planta por exceso de riego que por falta del mismo y es que, tendemos a pensar que sólo la falta de agua puede matar a nuestras pequeñas amigas verdes, cuando el exceso de agua puede provocar ahogamientos, hongos y pudrición de las raíces. Esto es aún más grave puesto que si se dañan las raíces, no hay posibilidad de revivir.
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En ocasiones, detectar el exceso de agua es complicado, puesto que los síntomas son muy parecidos a la falta de riego:
- Las hojas inferiores comienzan a amarillear y acaban cayendo y las jóvenes se tornan marrones.
- Se retrasa el crecimiento y la planta se ve marchita
- Las raíces se pudren y en ocasiones salen hongos o «verdín» en la parte superficial del sustrato.
Las plantas no toleran el exceso de agua porque esto las priva de oxígeno y con ello, de poder absorber los nutrientes de la tierra. Con el exceso de agua literalmente estamos ahogando a la planta.
Saber si una planta necesita agua es muy sencillo, simplemente observa el sustrato, si la parte superior está seca probablemente necesite riego, no obstante, es conveniente introducir nuestro dedo para comprobar si el sustrato está húmedo en el interior, probablemente por el mal drenaje. En caso de que nuestra planta tenga un tiesto que no consiga una correcta expulsión del agua, deberás cambiar la planta de tiesto a uno con agujeros en el fondo y poner guijarros en su interior para mejorar el drenaje.
Cuando al levantar la maceta, notes que pesa poco, probablemente necesitará un riego. Hay una gran diferencia entre el peso de un tiesto mojado y uno seco.
Clavar un palillo en la tierra y ver si sale húmedo es una opción clásica que funciona.
También puedes adquirir un medidor de humedad en tu tienda de jardinería. Estos aparatitos, se clavan en la tierra y te dan la humedad exacta de tu sustrato. Es una opción muy acertada, sobre todo para plantas delicadas.
Si tienes alguna planta que necesite una recuperación express del exceso de agua, saca el cepellón del tiesto y envuélvelo con papel de periódico o absorbente durante un día, si ves que el papel se empapa, retira el papel mojado y cámbialo por papel nuevo, ya que se trata de retirar el exceso de humedad. Si la maceta donde se alojaba tu planta es de plástico, tal vez te convenga cambiarla por una de terracota, ya que retiene menos la humedad.
Esperamos haberte ayudado con estos pequeños consejos.
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