Octubre es época de cambios para cualquier jardín. Con la llegada del otoño, las labores de mantenimiento se intensifican, ya que es el mejor momento para preparar nuestra parcela para el clima más duro y el periodo de «hibernación» de nuestras plantas. Por eso revisitamos antiguos proyectos como este en Alfaz del Pi, que evoluciona favorablemente.
Un jardín lleno de detalles, donde también se ha pensado en la sostenibilidad, instalando césped artificial para minimizar el consumo de agua. El seto de «Cupressus» crea una pared vegetal de gran densidad.
Las jardineras en los laterales de la parcela, delimitadas con pletina metálica y canto rodado blanco, se han provisto de plantas de escasas necesidades hídricas como las «Beucarnea Recurvata».
Los cítricos dan el toque mediterráneo a la composición.
Las plantas tropicales alrededor del bloque de hormigón que contiene el ascensor, restan dureza al entorno.