A veces, el paisaje es tan perfecto que sólo podemos insinuar senderos y poco más para preservar esa belleza innata que la naturaleza nos regala. Eso nos ha ocurrido con este proyecto en Biar, un espacio agreste, lleno de encanto en el que hemos tratado de respetar al máximo la esencia del bosque.
La entrada de esta vivienda ya nos anticipa un cruce de tendencias entre lo antiguo y lo nuevo, los materiales rotundos como la piedra o el acero corten se funden con el paisaje para camuflarse en el entorno. Los «Cupressus Semprevirens » a ambos lados de la puerta, decoran la entrada de manera sobria y elegante.
La planta inferior de la vivienda, gana luz con este pequeño espacio que evoca tranquilidad, gracias a la zona húmeda y a los «Bambusoideae», una planta que funciona muy bien en zonas con abundante agua y sombra.
Muchas de las plantas utilizadas, son recuperadas, existentes en la propia parcela. También hemos escogido especies autóctonas, por lo tanto de fácil adaptación, sobre todo arbustivas.
También hemos utilizado piedra de la zona para delimitar diversas zonas de la parcela.