En primavera debes poner a punto tu césped para poder disfrutarlo todo el verano. Aquí te dejamos algunos consejos para ayudarte en esta tarea:
El rastrillo, tu mejor aliado
El Rastrillo será tu mejor amigo y lo primero que debes utilizar si quieres cuidar del césped en primavera. Seguramente hayas rastrillado las hojas en otoño, pero ahora, tu césped necesita otra «rastrillada» a fondo, para eliminar las hojas muertas y paja seca que queda entre el césped.
Desde Ferpas, te recomendamos rastrillar de forma enérgica para arrastrar la paja que ha quedado en el césped durante estos meses y las hojas muertas que más tarde también se convertirán en paja.
El momento óptimo para realizar esta tarea es cuando el frío excesivo o la posibilidad de nevadas (si es que en tu zona las hay) haya desaparecido.
La compactación del césped, situación a evitar
Cuando el césped está sometido a un tránsito elevado, puede que poco a poco comience a deteriorarse. Esto es debido a la tierra compactada. La aparición de musgo también nos da pistas sobre esta situación.
La aireación del césped es el remedio perfecto contra la compactación. Estas máquinas se pueden comprar o alquilar en tiendas especializadas de jardinería, el problema es que esta tarea debe realizarse en otoño, así que puedes planear esta acción con tiempo para poder llevarla a cabo la siguiente estación.
El encalado o modificación del ph del suelo:
La existencia de musgo en tu césped puede indicar que el ph de la tierra no es el adecuado. Normalmente, con la aparición del musgo el ph se dispara y los suelos se acidifican, lo que no es beneficioso ya que al césped le gusta el ph neutro. Para este problema el encalado es la solución perfecta, no desesperes si tardas en ver resultados, el encalado aunque correcto es lento en su actualización.
Lo primero que debes hacer es determinar el grado de acidez de tu suelo para poder determinar la cantidad de cal por metro cuadrado que necesitas.
Recuerda que el encalado es sólo una medida correctiva, no preventiva. Un suelo demasiado alcalino también provocará problemas con el césped, por lo que es tan malo mucha cal como poca.
La resiembra
Cuando tu césped presenta clavas es necesario hacer «resiembra del césped». Cuando realices esta tarea, asegúrate de comprar semillas de una variedad que presente unas necesidades de cuidados y riego, similar a las que ya tienes plantadas. Aplica un fertilizante de nitrógeno de liberación lenta cuando hagas la resiembra y cuatro o cinco semanas después de la germinación, vuelve a aplicar en este caso, un fertilizante de liberación rápida de nitrógeno.
Esta labor es mejor realizarla también en otoño, sólo si tu jardín presenta una situación de calvas muy agravada debes hacerlo en primavera. Piensa que en otoño, el nuevo césped no tendrá que competir con la malas hiervas, que se eliminaron por las heladas.
Fertilización y abonado
Puedes abonar tu césped de forma orgánica mediante el uso de abonos naturales. También puedes utilizar fertilización química, aunque es más apropiado hacer una fertilización más ligera en primavera y una más contundente al final del otoño.
Además de todo lo expuesto anteriormente, no debemos olvidar el control de malezas.
Para aquellos que prefieren el césped libre de malas hierbas, el cuidado del césped en primavera tiene que consistir también en prevención de malas hierbas, ya que se trata de fomentar el crecimiento de césped sano. Los novatos al cuidado césped en primavera a menudo se sorprenden al saber que no todas las malezas del césped se combaten de la misma forma. Dependiendo de si es una maleza anual o maleza perenne, se utiliza un herbicida de preemergencia o un herbicida de postemergencia.